domingo, 29 de junio de 2014 | By: Abril

Me gustaría...


Me hallo buscándote en cada rincón de mi cama sin poder conciliar el sueño, dando vueltas en el colchón, abrazando la almohada, arañando las sábanas, maldiciendo cada minuto que pasa y que tú no estás aquí, acompañándome esta noche. Cierro los ojos con la esperanza de verte en mis sueños y los vuelvo a abrir esperando encontrarte en mi realidad.

Me gustaría ser esa claridad que entra por tu ventana para despertarte cada mañana y esos últimos rayos de luz para despedirte en cada atardecer.
Me gustaría ser tu mesilla de noche para ver cómo te sumerges en el mundo de los sueños.
Me gustaría ser tu sábana para arroparte en cada madrugada fría.
Me gustaría ser tu espejo para convencerte de todo aquello en lo que dudes.
Me gustaría ser tu perfume para investigar cada uno de los poros de tu piel.
Me gustaría ser tu peine para enredarme en tu pelo.
Me gustaría ser tu colchón para que descansaras en mí todo el peso del día y me gustaría ser tu almohada para aconsejarte en todos tus pensamientos.

Pero por desgracia, ni soy esa claridad, ni esos rayos, ni tu mesilla de noche, ni tu sábana, ni tu espejo, ni tu colchón, ni tu almohada, sólo soy alguien que  te espera en su cama todas las noches en vela con la esperanza de que en una de esas, aparezcas.

(NGR)
domingo, 22 de junio de 2014 | By: Abril

Si aún me quieres, aléjate.


Querido Tú,
Hemos llegado a un punto de no retorno. Cada cita, cada conversación para intentar arreglar las cosas es una puñalada más cuando nos despedimos, cada uno con la sensación de que el otro no lo comprende; con el hastío de hablar lenguajes diferentes y echando de menos aquel tiempo en que nos bastaba una mirada para decirlo todo…
Sé que no estoy en mi mejor momento, pero tú, querido Tú, no me lo pones nada fácil. Por encima de mí pasan todas tus circunstancias como una apisonadora. Y yo me quedo ahí, al margen de tu vida, aplastada como un insecto contra un cristal y me siento diminuta.Diminuta y ridícula, intentando imaginar que esta situación es un bache pasajero en la relación que hay entre nosotros y que, por lo visto, tengo idealizada. Pero no, esto es el pozo del Juego de la Oca. Me toca esperar a que lances los dados. Y me repito como una letanía que una palabra tuya bastará para sanarme. Pero tú no te manifiestas. De un tiempo a esta parte estás ausente en los momentos más importantes. Y en los menos. En todos. Estás a años-luz de mí y de mi vida. Entre tú y yo de la noche al día, surgió una montaña tras el último cataclismo. Y yo ya soy mayor para salir a buscarte. Soy mayor y estoy cansada para dar rodeos a esta montaña en la que pronuncio tu nombre y sólo obtengo el eco estéril de mi voz.
Me gustaría volver atrás. En la era previa a tu llegada. No es que fuera más feliz, pero al menos no sentía el vacío inmenso que tengo ahora, por tu presencia ausente. El día que dimos el paso te lo comenté, que era un paso sin retorno, sin vuelta atrás, como el que estamos dando ahora. Bueno, como el que estoy dando yo, porque tú, querido Tú, lo diste hace tiempo aunque lo disfraces de otra cosa.
Me da pena decir adiós y, si pudiera, seguiría como hasta hace dos días, buscando excusas para autoengañarme y pensar que si no estás es porque no puedes estar. Que si no puedes es porque algo te lo impide. Tus obligaciones, tu otra vida, tu otra historia… en la que yo no pinto absolutamente nada. Pero ya estoy cansada. Para darte prioridad en mi vida, he ido poco a poco abandonándome, olvidándome de mí misma, hasta el punto en que no me reconozco al mirarme en el espejo. Mi sonrisa ha mutado en una mueca apática e inexpresiva y mis ojeras son la señal externa de lo sombría que se ha vuelto mi vida.
Te quiero de una forma de la que tú, querido Tú, no tienes la culpa. Necesito que pase el tiempo para conseguir lo que me pides: que sigamos siendo amigos y no puedo prometerte que sea así algún día. Por ahora no. Me resulta imposible verte de otra manera.
Si aún sientes algo por mí, respeta mi dolor y aléjate de mi vida.
Se despide: la mujer que aún te ama.
NRP